Los malos de la película
Soumaia Nejjar.- Remontémonos a septiembre de 2012. Seguramente la mayoría no recuerde ahora los acontecimientos que sucedieron por aquel entonces pero durante varios días las imágenes de este hecho llenaron las pantallas de televisión y las portadas de los periódicos. Me refiero a las manifestaciones que se produjeron en países de mayoría musulmana por el video La inocencia de los musulmanes y por las viñetas publicadas en el semanario francés Charlie Hedbo. Muchos musulmanes consideraron que esta película atentaba contra el Islam y su profeta y se manifestaron multitudinariamente (según los medios de comunicación). Todo ello sucedió en un periodo de tiempo bastante corto ya que en la semana del 10 al 16 de septiembre se produjeron las manifestaciones y en la semana siguiente (concretamente el miércoles 19 de septiembre) se publicaron las viñetas de contenido satírico en el semanario francés que también provocaron reacciones multitudinarias en todos los países de mayoría musulmana y también en otros países (Inglaterra, EUA…).
La noticia que me dispongo a analizar no fue publicada durante los días más calientes informativamente hablando ya que la actualidad informativa estaba conformada por otras noticias más cercanas al público español y por tanto más "rentables" . Pero pese a ello lo que pretendo [de]mostrar está presente en todos los discursos informativos en los que uno de los actores implicados son los musulmanes.
La pieza fue publicada en la versión impresa del diario El País el día 21 de septiembre de 2012 bajo el titular: “Alemania también cierra sus embajadas en los países musulmanes”. Se puede afirmar que se trata de un titular bastante informativo, neutro y que nos revela el tema de la noticia puesto que hace referencia a lo qué ha ocurrido. Se presupone que los lectores ya saben que Francia ha sido la primera en cerrar sus embajadas, por eso el uso del adverbio “también”. Asimismo, el subtítulo: “Las manifestaciones contra el video y los dibujos llegan hasta Irán y Paquistán”, nos informa de algo adicional acerca de los efectos del video y las viñetas.
En lo referente a la entradilla de la noticia es la misma información que la trasmitida por el titular pero con un matiz; en el titular se a entender que la decisión de Alemania de cerrar sus embajadas es firme, en cambio en la entradilla tiene un matiz de posibilidad o una actuación que se está estudiando más que de un hecho rotundo. En esto interfiere que no impacta o llama tanto la atención un titular más bien dubitativo que uno firme: “El gobierno alemán contempla cerrar este viernes todas sus embajadas y representaciones diplomáticas en países de mayoría musulmana (…)”.
Respecto a la ubicación de la noticia en el diario no hay ningún precedente de esta en la portada. La noticia está ubicada en las primeras páginas, concretamente en la número cinco y en página impar, por lo que la posibilidad de lectura es mayor que si estuviese en el lado par. Cabe destacar que la noticia tiene una extensión de un poco más de una página y que la otra mitad es ocupada por un anuncio de una marca de lujo. Al tratarse de una noticia con gran susceptibilidad de ser leída principalmente por su ubicación, se ha optado por insertar en esa página el anuncio. Resumiendo, pese a que la noticia solo ocupe media página, se encuentra en una posición privilegiada dentro del periódico.
La noticia se encuentra en la sección de Internacional y dentro de esta sección esta dentro de una subsección llamada “Protestas en los países islámicos”. Esto no es novedad ya que El País suele recurrir a estas catalogaciones además de la catalogación estándar de nacional, internacional etc. tal y como lo hizo con la Primavera Árabe u otros hechos. Por tanto, cuando durante un tiempo se suceden muchas noticias sobre un mismo hecho estás quedan etiquetadas de este modo.
Por otro lado, respecto a los elementos significantes se puede afirmar que el primer párrafo del cuerpo de la noticia es más bien introductorio, con un lenguaje bastante neutro. Se limita a narrar lo ocurrido, el qué, e intercala esto con declaraciones de las fuentes oficiales (Ministro de Exteriores alemán Guido Westerwelle).
En el segundo párrafo el tono cambia y ya no se limita solo a informar sino que además deja a caer algunos calificativos que no dejan muy bien parada a una de las partes implicadas: “(…) La inocencia de los musulmanes, al que se añaden ahora nuevas caricaturas de Mahoma publicadas por el semanario francés Charlie Hebdo, ha servido de pretexto para numerosas protestas violentas en varios países con población musulmana (…)”. Esta forma de articular el discurso da a entender que ni el documental ni las viñetas son tan ofensivos como para que estas personas reaccionen así; intenta quitarle hierro al asunto.
Otro ejemplo muy parecido a este es esta frase que también se encuentra en el segundo párrafo: “ (…) Hace una semana, una tumulta asaltó e incendió la Embajada de Alemania en Jartum, ante la pasividad de la policía sudanesa”. Como se ha dicho anteriormente, hay claramente dos partes implicadas: La embajada alemana o Alemania (Occidente, Europa etc.), que son las victimas y por tanto los buenos y la tumulta sudanesa (países musulmanes, temido “eje del mal”), que son los que actúan con violencia, es decir, los malos. En los dos ejemplos se trata de un léxico que deja entrever claramente la consideración social o trato que reciben cada una de las dos partes implicadas.
En el tercer párrafo se encuentran también ejemplos donde el lenguaje utilizado califica demasiado a una de las partes implicadas y neutraliza a la otra: “La ola de violencia suscitada por el video no se ha calmado (…)”. Se utiliza el recurso de encasillar a los musulmanes como los malos y violentos, y a los occidentales (distintas embajadas europeas y americanas) como las víctimas de esta ola de fanatismo. El uso de estas estrategias de identificación rápida son muy comunes en los medios de comunicación y están condicionadas por las rutinas de producción; es decir, el tiempo en la TV y el espacio en la prensa es el bien más preciado, por tanto se recurre a estos mecanismos de identificación rápida de distintos colectivos. Esto mismo ocurre en la publicidad con los estereotipos. Pero hay otra explicación a este fenómeno que se comentara posteriormente.
Respecto a los aspectos más visuales se puede decir que no hay ningún gráfico que sirva de apoyo al relato periodístico pero si hay una fotografía. El pie de foto que hay bajo la imagen dice: “Los ocupantes de un coche son atacados en una protesta en Islamabad”. Se trata de una fotografía muy potente, que nos muestra a un automóvil y a dos jóvenes de espaldas lanzando algún tipo de objeto a este. Es una imagen que connota violencia y que refuerza bastante el discurso periodístico de esta noticia, es decir, que los manifestantes actúan violentamente. Esta idea se ha ido plasmando a lo largo de todo el texto periodístico a través del lenguaje y del enfoque.
Respecto a las formas de representación de la minoría musulmana de las que se han hablado anteriormente, no hay que obviar que las instituciones generadoras de discursos legitiman las relaciones de poder. Es decir, los grupos de la élite son los que tienen acceso a los medios de comunicación en el sentido de que los mensajes que se lanzan crean y fortalecen la relación asimétrica y desigual que estas élites mantienen con las minorías. Los gupos minoritarios no tienen voz y se les asignan unos roles y formas de actuar estereotipados que se repiten una y una otra vez hasta que en el imaginario colectivo se asientan unos esqemas e ideas (normalmente prejuiciosas) respecto a estos. En otros casos, a estas minorías se les invisibiliza como protagonistas de las nticias pero tambén como sujetos receptores ya que la información no se hace para ellos.
En defintiva, Van Dijk ilustra y resume cuál es el papel de los medios ya que según el lingüista estos han sido cruciales en la reproduccion del status quo étnico y también en la perpetuación del racismo y el etnicimo, que en este caso concreto nos muestra a los musulmanes como violentos, irracionales, masas, tumultas etc. Es muy usual encontrar calificativos de este tipo que encasillan a este colectivo y que afianzan la idea de que son peligrosos y se les ha de temer.
La versión digítal de la noticia. AQUÍ