El fracaso de un modelo que sólo trajo miseria
ROBERTO MORTES y PABLO ALBERT //
En 1951 comienza en la universidad de Chicago, el inicio de un estudió que desencadenó en una terapia del shock económico de los más brutal y demoledora.
Aquel estudió original que aglomeraba un conjunto de trabajos de investigación en el campo de las ciencias sociales, realizado por profesores y estudiantes de la Universidad de Chicago, donde se trataba una sociología urbana, que desarrollaba una serie de estudios, íntimamente ligados a problemas confrontados por la ciudad de Chicago, en una época de delincuencia y otras graves dificultades, en una urbe de crecimiento desproporcionado, poblada por miles de inmigrantes. Fue el inició de varios estudios sobre la terapia del shock, que trataba de infundir en los pacientes un aislamiento sensorial, es una forma de producir una monotonía extrema, que provoca una reducción de la capacidad crítica y nubla la mente. Todo con el fin de dejar sin voluntad a la persona para así someterlo a la voluntad de quien somete a esta terapia. Hasta ese punto llegaba el estudio, pero desde ahí surgieron formulas para lograr los fines de unos pocos anteponiendo el bien de todos los demás.
Estos estudios de la terapia del shock, derivaron en el Manual Kubark de la C.I.A. El cual se usaba para desorientar a los interrogados y poder así manipularlos. Peor hubo alguien que decidió que con esto, se podía llegar más allá. Ese era Milton Friedman, profesor de economía en la universidad de Chicago, el cual creía que con una terapia de shock económico, el pueblo aceptaría un capitalismo más puro y desregulado. Esto que estaba enseñando Friedman a sus alumnos en la universidad de Chicago, lo había aprendido de la Sociedad Mont Pelerin, donde creían que si el gobierno dejaba de prestar servicios y de regular los mercados, los problemas de la economía se resolverían solos. Para ello era necesario privar de libertad a los mercados y crear shocks, crisis y estados de emergencia.
Primero se experimentó con Chile, donde creo un shock a gran escala cargándose la democracia con un golpe de Estado. Así que una vez encumbrados en el poder, empezó el shock económico: se suprimió el control de precios, se privatizó empresas estatales, se eliminó aranceles de importación y se redujo el gasto público. No dio resultado y al cabo de un año había una inflación del 375%. Para tomar las drásticas medidas económicas, causaron el miedo entre la población. Acusaron al marxismo de causar los males de la nación chilena y con ello justificaron las reformas económicas que causaron un empobrecimiento generalizado. Orlando Letelier escribió que solo el plan económico se podían hacer bajo la fuerza en Chile, asesinando a miles de personas, creando campos de concentración por todo el país y encarcelando en ellos a 100 mil chilenos.
El segundo experimento fue Argentina, donde tras el golpe de estado, en el los miembros de los Chicago boys tomaron puestos económicos de poder (estos miembros eran alumnos de Friedman en la universidad y que habían interiorizado las ideas que les enseñaba). Las reformas económicas y sociales tomadas por ellos causaron al año siguiente del golpe la caída del 40% de los sueldos, el cierre de muchas fabricas y el aumento de la pobreza. Para que se aceptaran esas medidas económicas, se tuvo que atemorizar a la población al igual que se hizo en Chile. Se hicieron desaparecer a personas que se oponían a esas medidas para causar ese miedo entre los opositores. Se utilizaron técnicas de tortura para intimidar a la gente y así causarles el miedo.
Tras un periodo en América de contención de salarios y precios por parte de Ramsfel, la llegada de Margaret Thatcher al poder en 1979 y Ronald Reagan 1980, favoreció que las doctrinas de Friedman se instauran. En Gran Bretaña se recortó el gasto público, se bajaron los impuestos, reducir el número de empresas estatales junto con una desregulación de la industria y una política económica moderada y estable para combatir la inflación. El fundamentalismo de libre mercado era impopular y empobrecía a mucha gente. Fue una crisis lo que salvó esas políticas, la guerra de las Malvinas en 1982. Con esa crisis ganó popularidad y fue reelegida en 1983, lo que le permitió aplicar una terapia de shock económico como las impuesta en Chile. Tras la rebelión de los mineros y la victoria de Thatcher sobre ello, se implantó una privatización de las empresas públicas como la del acero, el agua, la electricidad, el gas, el teléfono, aerolíneas, el petróleo, las viviendas públicas, salieron a concurso los servicios municipales, se desregularon los servicios financieros y la banca.
Gorbachov propuso un punto medio entre el comunismo y el capitalismo. Con la llegada de Boris Yeltsin, llegaron las políticas de libre mercado. La adopción de las doctrinas de libre mercado por parte de Rusia, fue el principio de una cruzada por el libre mercado. Fue un shock en estado puro, sin terapias previas, donde pequeños empresarios hicieron grandes fortunas. Se vendieron empresas estatales a precio de saldo. Las doctrinas aplicadas volvieron a demostrar el empobrecimiento del pueblo, donde el consumo cayó un 40% de 1991 a 1992. Un tercio de la población había caído en la pobreza.
Tras ello, llegó el shock del 9/S: La ruptura de esquemas colectivos, se rompe lo que había establecido y se crea un nuevo sistema, basado en el miedo y el terror al terrorismo. Y con él se inicia “La guerra contra el Terrorismo”.
Es necesario someter al pueblo para instaurar una vez más en otro país el shock económico, por ello se crea “la guerra como tortura de masas”: Bombardeos, saqueos, caos en la organización. Seguido por “el shock de la represión”: donde se crea un estado represivo contra todos aquellos que son sospechosos de algo, para crear temor entre ellos. Y una vez realizado todo lo anterior, la parte más pura y dura del capitalismo nunca antes vista, entra en escena, “el negocio de la guerra”. La guerra de Irak ha sido la más privatizada de la historia, lo que supone hacer de la guerra un negocio.
Todo esto y más, es la “doctrina del shock”. El saqueo sistemático del sector público después de un desastre cuando la gente está demasiado ocupada para proteger sus intereses, aceptado por el temor causado por los mismos que quieren desmantelar lo público y a favor de los menos numerosos, los ricos.
Todo este miedo, todo este shock económico a favor de aumentar la riqueza de los más ricos, transcurridos 40 años desde sus inicios, ha llevado al fracaso del modelo. Aquello que promovía la Sociedad Mont Pelerin de que si el gobierno dejaba de prestar servicios y de regular los mercados, los problemas de la economía se resolverían solos, era erróneo, al ser los mercados no regulados muy volátiles.
El shock económico es un viejo sueño del capitalismo de hacerse con el control absoluto, algo que en la medida que se hace posible, supone una pérdida de las garantías sociales y una mayor propagación de la pobreza entre la población. Bajo pretextos como estos, bajo el terror, bajo el miedo que se difunde a la población, se les roban libertades para hacer negocio con ellas. Un ejemplo que podría llegar en un futuro en España, sería el decir que el Ébola ha llegado por la ineficacia de los hospitales públicos, y dar un primer paso para la aceptación por parte del pueblo a una posible privatización de todos los hospitales bajo la idea de que con una mejor gestión de estos, será más eficaz la lucha contra el Ébola. Primero se instaura el terror y luego se saca beneficio de él a favor de la empresa privada para seguir enriqueciendo a los más ricos.