ALBA BOIX
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Los hermanos Alenda, directores y productores de este cortometraje muestran bajo una simbólica metáfora el día a día de una familia a las órdenes de un maltratador. El matrimonio formado por Julia (Manuela Vellés) y Marcos (Mariano Venancio, Javier Gutiérrez y Biel Durán), muestra como el paso de los años solo hace que agravar las situaciones de violencia de género. Es el reflejo de la realidad de miles y millones de mujeres en todo el mundo. Mujeres sumisas, calladas, resignadas y subeditadas a sus parejas.
El hijo del matrimonio nace de una madre ya maltratada, pero hasta que no es consciente de lo que sucede en su casa, vive feliz, como el resto de niños. Al cumplir la mayoría de edad, huye de casa queriendo rescatar a su madre de las garras de la violencia. Su padre no es un padre, es la sombra del maltrato, y él no puede vivir ni un minuto más presenciando actos tan subrealistas como los que suceden en su casa.
Marcos, emperrado en encontrar su cinturón, se vuelve loco preguntándole a Julia. Este objeto no es más que el símbolo del hombre con sed de poder, de dominar su casa y a todos los que habiten en ella. Parece ser una tradición familiar, pues sus hermanos actúan igual con sus respectivas mujeres. Ellas, en segundo plano, no tienen más opinión que la de sus maridos. Tras unas gafas de sol recomiendan a Julia que obedezca a su marido. Esa es la forma más cómoda y sencilla de vivir, bajo las órdenes del patriarcado extremista.
Pero Julia abre los ojos, decide vivir, decide escapar y dejar atrás todo lo que que le ha impedido crecer como mujer. Deja atrás su bañera en la que pasaba horas sin saber por qué mientras su marido buscaba el cinturón. Un cinturón que la ataba y la golpeaba, hasta que lo dejó todo atrás y se fue, como otras miles de mujeres que deciden huir hacia la seguridad y felicidad.
