Evolución del cánon de belleza femenino
PABLO ALBERT I CREACIÓN PROPIA
La mujer siempre ha sido objeto de deseo y de lujuria. Desde que el mundo es mundo, los hombres han alabado las figuras femeninas, aunque no siempre han sido las mismas. Los cánones de belleza femeninos siempre han estado en contínua evolución, desde la prehistoria hasta el nuevo milenio. No existe una única belleza ideal, existen varias. La belleza es algo subjetivo, pero la gran masa pública siempre ha tenido sus preferencias, marcadas por las modas y las convenciones sociales.
La web especializada en información para luchar contra desórdenes alimenticios y adicciones Rehabs.com ha trabajado con la agencia de publicidad Fractl en un proyecto que indaga y cómo las medidas del ideal de belleza de las mujeres han ido cambiando en relación a las media de cada época.
Si se compara el ideal antiguo de belleza con el actual las diferencias son abismales. En la prehistoria se preferían mujeres de caderas anchas y grandes senos porque eran símbolo de fertilidad. Las preferencias no cambiaron demasiado en el Renacimiento. Las mujeres ‘con curvas’ -aunque más finas- continuaban siendo explosivas. Aún así, se incluyeron variaciones, como manos y pies finos, pechos pequeños y firmes, tez banca y mejillas sonrosadas, cabello rubio y largo y ojos grandes y claros.
Los cuerpos más rellenitos volvieron a estar de moda en el Barroco. Las mujeres con la piel blanca y con los pechos más llamativos resaltados por los corsés eran consideradas las más hermosas. Los corses continuaron siendo los aliados de las mujeres en la época victoriana.
A principios del siglo XX surgió otro cánon de belleza. Las llamadas ‘chicas Gibson’ -en honor al ilustrador Charles Dana Gibson- eran consideradas las más bellas por sus figuras altas, con busto generoso y anchas caderas pero cintura estrecha. En los años 20 las ‘flappers’ se convirtieron en im símbolo. Ellas eran conocidas por su pelo estilo bob , sus vestidos cortos y sus comportamientos escandalosos, como fumar en público o conducir. Las flappers no llevaban corsés, marcaban menos su pecho y su cintura y enseñaban los tobillos y las rodillas.
A partir de la década de los 50, la exhuberancia femenina empieza a acaparar todas las miradas. Curvas marcadas, voluptuosidad y piernas infinita eran el ideal de belleza. Con el paso del tiempo hasta nuestros días, los cuerpos empezaron a estilizarse y a adelgazarse. Hoy el día, las mujeres delgadísimas y con cuerpos trabajados en el gimnasio se convierten en el cánon de belleza.
La imagen de la mujer ideal moderna no deja indiferente a nadie. Campañas contra la anorexia, la imposición de un peso mínimo en las modelos, publicidad con ‘mujeres reales’ como protagonistas -como la de Dove- han manifestado en más de una ocasión que este cánon no es el adecuado.
Recientemente, la cantante y compositora Beyoncé ha denunciado los ideales de belleza que se han difundido a través de los medios de comunicación, de la publicidad y de la industria de la moda. Lo ha hecho en el videoclip de su nueva canción ‘Pretty Hurts’.